A partir de 1950 se crean las piezas de mano impulsadas por aire produciendo gran eficiencia en el corte. Consisten en piezas de mano que poseen en su cabeza o parte activa, una pequeña turbina impulsada por aire comprimido.
El instrumento de corte se inserta en el eje del “rotor” o turbina. Las turbinas pueden girar con un rango muy variado de velocidad, aproximadamente de 200.000 a 450.000 R.RM. Estos niveles de velocidad están acompañados por muy bajo torque, es decir que se frenan con mucha facilidad.
Esto obliga a trabajar por toques o pinceladas. El rodamiento del rotor se realiza sobre pequeñas balineras.La alta velocidad y el bajo torque generan un nivel de vibración, que es bien tolerado por el paciente.
Requieren refrigeración por spray de agua para no recalentar los tejidos duros que se están cortando. Estas piezas de mano pueden ser neumáticas o eléctricas, además pueden tener incorporadas fibra óptica para una mejor iluminación en el área de trabajo en zona de molares.
Es la parte del equipo dental a la cual se fijan los instrumentos cortantes rotatorios, estas pueden rotar a diferentes velocidades según el uso que le vayamos a dar.
Su aparición en el mercado revolucionó la operatoria dental y prótesis parcial fija y creo que deberíamos decir; sin temor a equivocarnos, que marcó un cambio de época, pues reemplazó al antiguo torno odontológico de 4.000 a 10.000 R.RM., muy lento y cuya vibración era muy mal aceptada.
Las piezas de mano se pueden clasificar según su rango de velocidad, como ejemplos, podemos mencionar cuatro usos prácticos de las distintas velocidades obtenidas en ese momento:
• Baja velocidad (600 a 1.200 R.P.M), para preparar un canal endodóntico para recibir un poste.
• Media-baja velocidad (3.000 R.P.M), para eliminar caries próxima a la pulpa dentaria.
• Media velocidad (20.000 a 40.000 R.P.M), para desgastar un provisional de acrílico.
• Alta velocidad (200.000 a 450.000R.P.M), para preparar un diente que va a recibir una prótesis fija, ej: corona de metal-porcelana.