Necrosis pulpar: se trata de un problema que afecta a la pulpa dental, la parte interior del diente en la que se alojan las terminaciones nerviosas de cada diente. Aunque no es frecuente y se puede prevenir con una buena revisión por parte del odontólogo antes de comenzar el tratamiento, se han dado casos de necrosis en personas que se han aplicado agentes blanqueadores por su cuenta, con kits de blanqueamiento domésticos. Las consecuencias son bastante dolorosas y las células de la pulpa dental mueren, con lo que el diente queda desvitalizado. La aparición de este problema es también más frecuente en el blanqueamiento mediante luz láser.
Blanqueamiento desigual: una mala aplicación de los productos químicos puede desembocar en que no todos los dientes se blanqueen de la misma forma, empeorando la situación inicial. Este problema podría corregirse con blanqueamientos selectivos, pero hablamos de más sesiones, más dinero y más exposición a los productos químicos.
Daños oculares: en los tratamientos de blanqueamiento con luz LED y láser, tanto el paciente como el dentista deben protegerse los ojos para no quemarse con la luz aplicada, que es realmente intensa. Sufrir daños de este tipo es complicado, pero debe tenerse en cuenta y seguir siempre las recomendaciones del profesional que nos intervenga.