Un implante dental propiamente dicho es una estructura cilíndrica o cónica, parecida a un “tornillo”, que se inserta en el hueso maxilar para sustituir a la raíz de un diente. Los implantes están hechos generalmente de titanio puro o alguna aleación de titanio (por ejemplo titanio-zirconio) que es un material perfectamente biocompatible y siempre llevan un tratamiento especial en su superficie. Una característica especial del titanio es que es capaz de fusionarse íntimamente con el hueso mediante un proceso que se conoce como osteointegración. El titanio, posee además otras ventajas:
Naturaleza inerte
No alergénico
Resistencia a la corrosión
Alta resistencia a tracción y a la carga
Una vez el implante se fusiona con el hueso y se comprueba que no hay infecciones, es cuando se diseña y se fabrica una prótesis a medida que se coloca sobre el implante o implantes. Las prótesis pueden ser de muchos tipos según su conexión al implante, su material, el tipo de anclaje, su extensión, etc.
Lo importante para saber de qué estamos hablando es conocer que todo diente artificial implantosoportado consta de 3 componentes principales:
Un componente quirúrgico: que es el implante dental propiamente dicho
Un pilar: que sirve de conexión entre el implante y la prótesis. No siempre hay pilar pero siempre es mejor que lo haya.
Un componente protético: que es la prótesis dental a medida que se coloca sobre el pilar del implante (o implantes en caso de haber más de uno).
